Como familiar de una persona con problemas de adicción, probablemente estés cargando con un gran peso que te cuesta llevar. El no saber cómo ayudar a tu pareja/tu hijo/tu hermano, es posiblemente tu mayor preocupación. La impotencia, el pensar que no pueda salir de esto, la falta de confianza, las mentiras,… todo se suma a la lista de cargas que llevas a la espalda.
A pesar del sufrimiento que esto te causa, tú sigues ahí, luchando e intentando apoyar a tu familiar. No es extraño que te sientas solo/a y que no sepas qué hacer o hacia donde ir, cuando ya has probado de todo y nada funciona.
Me gustaría compartirte una serie de informaciones/recomendaciones que suelen ser útiles a las personas que, como tú, están cerca de alguien con problemas de adicción.
La primera, y a lo mejor no la más agradable de oír, es que no podemos cambiar al otro. Lo intentamos y lo intentamos, pero no es posible, por más que nos empeñemos. Las personas solo cambian cuando ellas mismas deciden que la forma en cómo funcionan ya no les va bien. E incluso entonces, el cambio no es tan sencillo. En un caso de adicción, esta decisión llega, habitualmente, cuando la persona ya está teniendo consecuencias graves derivadas de la adicción.
¿Qué puedes hacer?
No podemos cambiar a nadie, pero sí hay otras cosas que puedes hacer y que pueden mejorar la situación y cómo estás tú. En este artículo te hablo de dos que para mí son fundamentales:
- Puedes (y necesitas) cuidarte. A lo mejor te parece que tal y como está tu pareja, tu hijo/a o tu hermano/a, lo menos importante ahora mismo eres tú. Este pensamiento o creencia es muy común, pero no muy acertado. Me imagino que estarás agotado/a, porque convivir con un problema de este tipo es extremadamente desgastante. Dedicas mucha energía a que se dé cuenta de que tiene un problema, a que valore lo que tiene en casa, a convencerle para que pida ayuda, a pensar y preocuparte por su futuro, por las dificultades que el problema os añade en el día a día, etc. Toda esa energía está siendo mayormente malgastada y perdida si tenemos en cuenta que realmente no podemos cambiar a las personas. Párate un momento a pensar en toda esa energía, seguro que es mucha. Y así como pasan los días, más agotado/a te vas sintiendo. Cuando el foco está en el otro te desgastas enormemente, porque no estás reparando la energía que gastas. Y, cuando por más que te vuelques en el otro, ves que no hay resultados, que no hay cambio, mayor sensación de desgaste. Si puedes dedicar una parte de esa energía a cuidar de ti un poquito, tú vas a poder estar mejor, más tranquilo/a, y con más energía para ayudar a tu pareja o a tu hijo/a cuando él o ella realmente esté preparado para hacer el cambio.
- Puedes (y necesitas) poner límites. Para cuidarte va a ser esencial que puedas poner unos límites muy claros. Cada persona va a necesitar unos límites distintos en función de cada situación. Es importante que tú pienses qué cosas no quieres permitir más (puede ser en referencia al dinero, a las faltas de respeto, a que no se haga cargo de sus responsabilidades…). Una vez tengas claro qué limite o límites necesitas poner para cuidar de ti, deberás comunicárselo a tu familiar (escoge un momento de calma, cuando esté tranquilo/a, cuando no haya consumido, si hay consumo de substancias). Y a partir de aquí lo más importante es que tú mismo/a hagas cumplir ese límite, que existan consecuencias cuando éste no se cumpla. Ten muy en cuenta y grábate a fuego que permitir que se salte el límite o caer en la demanda solamente alimenta el problema.
Lo más probable es que no te sientas con la firmeza para poner estos límites. Afianzar la propia autoestima, trabajar las creencias que tienes al respecto de lo que es el amor y la traición hacia un ser querido, rescatar o desarrollar nuevas habilidades para afrontar las situaciones en las que te encuentras, etc. es muy importante para que te sientas seguro/a en los pasos que das y no sigas dudando de si lo que haces ayuda o perjudica a tu hijo/a, tu pareja o tu familiar.
¿Qué no debes hacer?
A veces la angustia por la situación que estás viviendo te sobrepasa y necesitas actuar, tomar el control. Es totalmente comprensible, pero en muchas ocasiones no es la mejor idea.
- No es buena idea iniciar una conversación sobre el problema cuando la persona está bajo los efectos de la sustancia o en un estado emocional intranquilo. El mensaje no le va a llegar si no está en una actitud receptiva y esta situación probablemente cause más tensión entre vosotros.
- No es buena idea ir a hablar con el camello para que no le venda más o para saldar deudas y que así le deje tranquilo/a. Nunca es el caso. Para este camello, vender droga es su negocio, es más probable que no le venda más si tiene una deuda que si no la tiene.
- No es la mejor idea dejarse llevar por el enfado y la frustración y reprochar sin filtro. Esta es una recomendación un tanto delicada, no me refiero a que te guardes lo que sientes. Es realmente muy importante que tú encuentres un espacio donde vaciar la tensión, las preocupaciones y en el que te puedas cuidar. Es también muy interesante (y terapéutico) que puedas hacerle llegar a esa persona cómo estás tú con todo esto. Pero la combinación enfado-reproche es una estrategia que no funciona, y de nuevo crea mucha tensión y malestar por ambas partes. Una forma que funciona muy bien es tener esta conversación en un entorno terapéutico, con un/a profesional que pueda mediar y dar voz a ambas partes. Después de una sesión a tres (o a cuatro) es mucho más fácil acercar posiciones.
No se puede negar que tu situación y tu lugar en todo esto es muy difícil. En mi experiencia trabajando con personas con problemas de adicción y sus familiares y parejas, puedo decir que la experiencia de estos últimos se ve enormemente aligerada cuando existe un apoyo, un espacio de cuidado y algo de guía para afrontar la situación en casa. Te recomiendo que busques ese espacio para ti y ese sostén. Si te cuesta encontrarlo o no sabes por donde empezar, podría ser bueno para ti consultar con un profesional especializado.
Deseo que este artículo te haya aportado información útil y un poco de ese apoyo tan necesario.
Si quieres puedes ponerte en contacto conmigo para que nos adentremos tu caso particular e investiguemos de qué manera puedes empezar a cuidarte y a poner límites, con el objetivo de que consigas un mayor bienestar personal y, a la vez, puedas facilitar la toma de consciencia de problema de esa persona que tanto te está preocupando.